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viernes, 13 de marzo de 2015

American Wrestling Entertainment presents



La cárcel siempre ha sido un negocio, más siendo privada. En EEUU impera este modelo, siendo las cárceles un criadero de empresas a las que les interesa que haya más presos, cuya condena nunca acabe.

De Rivera era el director y máximo accionista de la cárcel de South Braintree, Massachusetts; a parte de tener intereses en otras cárceles del estado. Los presos eran sus activos y, como propietario, la ley y la sociedad decían que podía hacer lo que le plazca con sus activos. Al menos, eso pensaba.
Aquella locura que tenía en mente y que él llamaba "wrestling" necesitaba nutrirse de luchadores. El plan: sustituir condenas por contratos como luchador (en régimen de esclavitud)




BARRY O'RICHARDSON

De Rivera: Tienes algo para mí? De lo que te pedí?
Dellano: Algo tengo. El primero se llama Barry O'Richardson. Condenado por asaltar un delfinario y liberar a los bichos...
De Rivera: Pero, tú eres gilipollas o qué? te pido al matón de la cárcel y me buscas un puto comeflores, imbécil?
Dellano: Entre los delitos que se le imputaron estaba el de intento de homicidio. El policía al que le pegó en la cara lleva 3 años en estado vegetal. Le fracturó el cráneo de un solo puñetazo... llevaba el casco puesto




SACCO VANZETTI

Dellano: Luego hay un tipo que lleva solo unos meses. No para de entrar en aislamiento, se está volviendo loco. No le ha partido el cráneo a nadie pero, ha conseguido dejar KO a varios de nuestros hombres... estando esposado
De Rivera: Y éste por qué está aquí?
Dellano: Asesinato y desorden público. Mataron a un segurata en una huelga. Dicen que no fue él pero, ya sabes, hay que escarmentar a esta escoria con lo que se pille
De Rivera: Es que no hay nada más que puñeteros comunistas comeflores en esta cárcel?!
Dellano: En esta cárcel, no




SERIOUS PAIN

Siendo el dueño de una cárcel es fácil tener amigos en el resto de penitenciarías, en la comisarías, etc. Siendo amante de los negocios turbios, es fácil conocer los trapos sucios de tus amigos y que te deban favores. Así que de costa a costa alguien, ya fuese en la cárcel, en un juzgado o en una comisaría, tenía la orden de llamar a Tony de Rivera si ocurría algún delito de extrema violencia física. Y esas llamadas llegaron.
En un turbio bar de carretera, cerca de la frontera con méxico, un cabrón fue detenido, complétamente poseído por Jack Daniels, tras haberle partido los huesos, con una barra de acero, a Leon White (conocido en el mundo del wrestling por el nombre de Vader) y a todo el mundo que trató de pararlo.
Tras detenerlo, se supo que el muy cabrón tenía decenas de denuncias por malos tratos. Eso a De Rivera pareció no importarle y, corrió a "contratarlo". El cabrón maltratador, amante del Jack Daniels y hater de Vader, aceptó sin dudar; su única condición, que su nombre real no figurase en ninguna parte.




VANIS

Joshua Eason: Esto que pretendes hacer es una locura. Podemos acabar entre rejas de por vida
De Rivera: Nosotros controlamos las prisiones, no podemos acabar dentro de ellas
Eason: Pasar un preso de un estado a otro puede ser un gran escándalo
De Rivera: Un condenado a muerte le puede dar caché al espectáculo. En Texas sois más civilizados que en Masachussetts. Si siguen floreciendo los negros y los comunistas, pronto no habrá pena de muerte en toda la nación
Eason: Dios nos libre
De Rivera: Sin rollos, qué tienes para mí?
Eason: No tiene nombre, ni familia conocida, no viene a verlo nadie. 365 días al año en aislamiento. No sabemos con qué se ha limado los dientes y... hace yoga... o alguna cosa de esas de meditación. Lo llamamos "Vanis" porque lo escribió en la pared en estado de trance. Qué Dios se lo llevo es mejor que le podría pasar
De Rivera: Eso, o convertirse en una estrella del nuevo wrestling. El Gimmick es bueno... delito?
Eason: La matanza de Shoemaker, 1997. Entró en la escuela, los mató a todos... ni era su escuela, ni se le había visto por allí...y solo empleó armas blancas y sus manos.
Nos cargamos esta última semana a tres tipos, y este malnacido lleva aquí 18 años sin que nos lo podamos cargar! Malditos burócratas! Llévatelo y que se muera en tu ring


Whatcha gonna do?

Tony de Rivera eran uno de los mayores aficionados al wrestling que ha pisado este mundo.
Hijo de españoles, afincado en Boston, Massachusetts, Tony era un empresario de éxito con importantes intereses en varias cárceles, no solo del estado. En cuanto su fortuna comenzó a crecer, invirtió en su sueño: montar su propia empresa de wrestling
De Rivera contactó con empresarios del sector, con luchadores locales, con anunciadores... y, fue en la primera reunión, tras reunirlos a todos, cuando el mayor golpe de su vida llegó; fue entonces cuando descubrió que EL WRESTLING ERA MENTIRA. Abandonó la reunión, en silencio, cabizbajo, y, una vez en su casa, rompió a llorar mientras arrancaba aquel póster que rezaba "Whatcha Gonna Do When Hulkamania Runs Wild On You"
Lejos de abandonar aquel proyecto, siguió financiando a esta nueva empresa de wrestling, que acabaría llamándose "Angry Stomp". Sin embargo, sentía que el pro-wrestling ya no le llenaba. Comenzó a asistir a veladas de boxeo, wrestling olímpico, MMA... pero, no era lo mismo; necesitaba entradas espectaculares, personajes variopintos, combates múltiples, tramposos... Y comenzó a frecuentar peleas ilegales. Lo más parecido al concepto que él tenía del pro-wrestling; y pensó "por qué esto se tiene que quedar en un sótano? Por qué no pueden corear los nombres de estos desgraciados miles de personas en el Madison Square Garden?"

Tras unos meses en los que Angry Stomp y los drogadictos, ex-convictos, inmigrantes ilegales en régimen de semi-esclavitud... y demás luchadores dieron unos bochornosos espectáculos. De Rivera presenció un evento de su compañía. "Blood Wing" se enfrentaba a "el Enfermero"; un combate marcado por la descordinación, por un narrador apasionado cuya narración no se correspondía con la realidad, por un vómito de Blood Wing, tras una dropkick, fruto de una evidente resaca, y por un público que, si no exigiendo la devolución de la entrada, solo se encontraba allí para vender droga, o para recibir la dosis de violencia necesaria para tener una erección que le permitiese follarse a la puta que habían pagado.

Tras el ring, se encontraba la oficina, dónde los directivos fumaban como locos y se mordían las uñas, al ver que aquello se iba al garete. Cuándo el chisporrotear de sus dientes sonó por encima de los abucheos, la puerta se abrió, apareciendo por ella Tony De Rivera, gordo, calvo, sudoroso y entrajetado con dudoso gusto.

-Señores, vamos a escribir muchas páginas en la historia del wrestling